El koala (Phascolarctos cinereus) es una especie de marsupial diprotodonto cuyo
aspecto recuerda al de un oso de peluche, con hábitos tranquilos, parecidos a
los de un perezoso.
Alcanza hasta una longitud corporal de
76 cm, tiene un cuero rechoncho y está cubierto de pelo suave de color marrón
grisáceo. Tiene unas orejas grandes, peludas y redondeadas.
Tienen unas extremidades
posteriores cortas, con pies grandes dotados de cinco dedos; cada mano tiene
también cinco dedos, dos de ellos opuestos a los otros tres, teniendo cada uno
de los dedos una garra. Las patas traseras no tienen garras en el dedo mayor, y
el segundo y tercer dedo están fusionados para formar un garfio con el que
pueden extirparse las garrapatas, de las que sufren a menudo.
Estas características hacen que
el koala esté perfectamente adaptado a su vida arborícola, y es fácil de
observar en los bosques de eucaliptos del este de Australia, que constituyen su único
hábitat, así como su fuente de alimento, pues este animal solo come las hojas y
las yemas de estos árboles. Los koalas que habitan en climas menos cálidos son
generalmente más grandes y tienen el pelaje más oscuro y espeso que aquellos
que viven en climas más cálidos.
Los machos se distinguen de las hembras por la bolsa testicular, así como por la glándula que
tienen en el pecho, y que desprende olor. Las hembras, a su vez, se identifican por la bolsa o marsupio. Además,
normalmente son más bonitas, lo que se debe a sus facciones y a su menor
estatura.
La hembra pare una única
cría de 5,5 g de peso, que se desplazará hasta la bolsa
marsupial de la madre nada más nacer, y permanecerá en ésta durante seis meses,
alimentándose de leche hasta que llega a la alimentación vegetariana propia de un adulto
Los koalas viven en los árboles y
realizan la mayoría de sus actividades de noche. No se encuentran cómodos en el
suelo, donde caminan a gatas. Para ahorrar energía, duermen 20 horas al día,
más que los perezosos, que duermen unas 18 horas diarias. Sus depredadores
naturales son los dingos, las lechuzas, las águilas, los varanos y las serpientes pitón. Las épocas de sequía y, sobre todo, los incendios, también pueden resultar
peligrosos para ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario